El Centro Cultural Contraviento vivió una tarde memorable con la presentación del artista Lito Vitale, quien llenó de su música instrumental el auditorio del espacio cultural.
Bajo una exhibición intimista para un grupo de invitados y con la idea de grabar material audiovisual tanto para el espacio cultural como para el artista, Vitale presentó una sesión concreta de siete temas junto a Víctor Carrión en vientos (quena, flauta traversa y saxo soprano) y Mariano Delgado en guitarra.
La regularidad y profesionalismo se destacó en la hora del recital. El público se prestó a escuchar un setlist de un profesionalismo impecable, en un auditorio que estuvo a la altura. Incluso se creó una conexión con las paredes donde se exhibe Panorama de Rosario, la pintura de Daniel Santoro.
El camino personal de Lito es el de la música instrumental argentina. “La idea de tocar esta música para nosotros es hermosa”, dijo Lito en un breve intercambio con el público.
Por esa razón nació “El reencuentro” en formato trío con los músicos mencionados, y con inevitables reminiscencias al otro gran trío que Vitale compuso con Bernardo Baraj y Lucho González.
Justamente la sesión comenzó con la clásica “Entre tanto”, del mencionado trío, y luego siguió con una versión del tango “Decarissimo”, de Astor Piazzolla, “La vuelta de los tachos”, y la sutil “Allegro solemne”.
Sobre el final regaló bises, uno de ellos, “Milonga del 71”, que según el músico contó al público, la compuso en el colectivo del mismo número mientras viajaba de su casa al Conservatorio de música.
Esta anécdota refleja que la música nunca es perecedera, menos la instrumental, mucho menos la que hace Lito Vitale y regaló en Contraviento.











