El proyecto del Centro Cultural Contraviento se origina en la refacción y ampliación de una edificación preexistente de fines de la década del 30, inicialmente concebida como vivienda unifamiliar. El enfoque principal reside en la restauración de la fachada en consonancia con la preservación del carácter distintivo del estilo arquitectónico modernista que se observa en el interior con matices inherentes al Art Decó.
El encargo del proyecto solicitaba un espacio que albergue múltiples y diversas funciones. Para mencionar algunas: Exhibiciones de artes visuales (muestras de obras como pinturas, dibujos, esculturas e instalaciones), performances, conciertos y presentaciones (donde la sala principal debía ser concedida con una acústica cuidadosamente diseñada para el desarrollo de los mismos), sala de proyecciones, talleres, restaurante y bar (elaboración y servicio de alimentos), depósito de obras y herramientas y equipos de montaje, etc. Esta multiplicidad de funciones que supone un centro cultural requiere espacios capaces de ser lo suficientemente versátiles para contener la mayor cantidad de capas funcionales posibles.
El diseño interior, el mobiliario, las instalaciones de luces, sonido y conectividad también se han proyectado de manera flexible, permitiendo una reconfiguración fluida según las necesidades de cada evento.
La refuncionalización se llevó a cabo con una operación de ampliación dirigida hacia la parte trasera del terreno, mediante la incorporación de un nuevo gran volumen arquitectónico de estructura metálica que abraza a la construcción existente. Esta adición arquitectónica se ha ejecutado de manera deliberadamente explícita dejando en evidencia la intervención tanto exterior como interiormente; y estableciendo una interacción entre la composición histórica y la contemporaneidad del diseño. La integración estética de nuevos volúmenes con elementos arquitectónicos de época define una simbiosis equilibrada y armónica entre pasado y presente.
